Julio de 2009. Dos alaveses, cuyos amigos necesitaban dormir una soberana siesta, emprenden un paseo bajo el caluroso sol croata para descubrir la bonita ciudad de Dubrovnik. Siguiendo las murallas llegan a una pequeña puerta, tras la que unas escaleras llevan a una terraza, desde donde hay unas maravillosas vistas sobre el azul mar Adriático, justo enfrente de la isla Otok Lokrum. Un atardecer de película, saboreando un café helado y que sólo podía mejorarlo uno de los más grandes...
http://www.youtube.com/watch?v=T6ya7ZRlrEo&feature=related
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