
Aprovechando que tenía que quedarme este fin de semana en Pamplona, hemos cogido Leyre y yo esta mañana el coche para ir a conocer uno de los lugares más bonitos de Navarra: la foz de

Lumbier. A medio camino entre Pamplona y los Pirineos, tras pasar por las faldas de la
Higa de Monreal y casi llegando a Sangüesa se encuentra el pequeño pueblo de Lumbier, donde se juntan los ríos
Salazar e
Irati, responsables materiales de las foces de Lumbier y
Arbayún. La más conocida quizás sea la de Lumbier, y hacia ella nos hemos dirigido por un pequeño camino que terminaba en un parking. Tras dejar el coche nos hemos adentrado por un camino por el que antes iba el ferrocarril, entre una inmensa pared y la profundidad de la garganta horadada por el agua. La pista estaba en muy buen estado, y atravesaba un par de
túneles en los que casi hacía falta el uso de linternas. Las vistas impresionantes, con multitud de
buitres sobrevolando nuestras cabezas y allí al fondo el río, donde te puedes pegar un baño en las zonas más tranquilas. Hemos continuado por la vía verde, pasando el
Puente del Diablo, con la intención de volver por un camino rural, pero no lo hemos encontrado, llegando casi hasta Liédena, donde ya hemos decidido dar la vuelta y volver por la Foz, que bien merece una visita.
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