Como últimamente parece que se está poniendo de moda, escribiré un poco de ese pequeño país del Mediterráneo que pude visitar en semana Santa de 2008: Malta. Se trata de un conjunto de islas de las que destacan la propia Malta, Comino y Gozo, éstas dos últimas bastante más pequeñas. La isla principal tiene unos 20km de lado a lado en su diámetro mayor, así que realmente no hay gran cosa para ver; yendo con mis padres estuvimos 6 días y vimos casi todo, por lo que en un viaje normal con 4 días bastaría y sobraría. La capital de Malta es La Valleta, que se puede decir que es el centro histórico, mientras que en sus alrededores se encuentran Sliema, las Tres Ciudades, St. Julians... donde están casi todos los servicios turísticos. La verdad que es una ciudad con muchísima historia a sus espaldas, ya que ha sido ocupada por caballeros templarios, otomanos, británicos... y es que se trata de un gran punto estratégico dentro del mar Mediterráneo. Y tanta historia se nota en la arquitectura, los edificios, las impresionantes murallas... Pese a ser una pequeña isla, la costa es muy irregular, con multitud de bahías, por lo que puede costar llegar a pie de un sitio a otro. Hoy en día Malta se ha hecho más conocida como lugar de intercambios veraniegos donde aprender inglés, ya que es un sitio relativamente barato, con buen tiempo y con bastante movimiento nocturno. La verdad que a mí, al igual que a algun otro turista que coincidió con nosotros, me recordaba en cierta medida a Cuba, quizá por el estado de "decadencia" de sus casas, que también le daba su encanto, o por la pequeña sensación de caos que reinaba en la ciudad.
Respecto a otras cosas que ver en la isla, creo que una de las cosas obligadas es coger un barco turístico, ya sea el que te enseña La Valleta y las Tres Ciudades, o el que te da la vuelta a toda la isla, parando en Comino (de allí viene la especia), y pasando por los acantilados de Dingli, Blue Grotto, o Blue Lagoon. Hay que decir que pese a ser una isla, Malta tiene poquísimas playas, y la mayoría se encuentran en el norte de la isla, en la zona de Mellieha. También nos acercamos a conocer el pequeño pueblo de Mdina, con un bonito casco antiguo medieval, lleno de estrechas callejuelas donde perderse; pasamos de refilón por Mosta, donde hay una de las cúpulas más grandes de Europa, que además sobrevivió a los bombardeos de la II Guerra Mundial (cayó un proyectil de 500kg que ni explotó, ni consiguió derruirla); y finalmente fuimos a Marsaxlokk, un bonito y colorido pueblo pesquero situado en el sur de la isla.
Hay que decir que en Malta se come bien, gracias en parte a la influencia italiana, ya que Sicilia se encuentra a unos 100km mar adentro hacia el norte. Una idea que creo que estaría bastante bien, sería recorrer la isla en bicicleta, aunque el tráfico puede que resultara algo caótico, pero las distancias creo que son perfectas para ese plan. Todo se andará!!
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