domingo, 24 de abril de 2011
sábado, 23 de abril de 2011
Pripyat

Situada en el norte de Ucrania, esta ciudad fue inaugurada en 1970 para potenciar la industria energética soviética. El buen clima, las buenas comunicaciones, el suelo fértil... hicieron que su población creciera rápidamente. Pripyat era una de las ciudades soviéticas más agradables donde vivir, diseñada para ser la ciudad del futuro. Pero el mismo motivo por la que fue construida fue la causa de su abandono y destrucción. El 26 de Abril de 1986, el reactor de la cercana central nuclear de Chernobil se sobrecalentó al realizar unas pruebas para aumentar su seguridad, y finalmente se produjo una explosión de hidrógeno. que supuso la muerte directa de 31 personas y la evacuación de 135000 personas, además de los graves efectos en las generaciones venideras. El gobierno soviético calló, y el accidente fue descubierto cuando la radiación ya había llegado otra central en Suecia. Hoy en día, la ciudad está abandonada, formando parte del área de exclusión, aunque hay quien ha vuelto a su ciudad haciendo caso omiso del peligro que supone. No obstante también supone un elemento turístico, recomendándose el uso de un dosímetro y el no pernoctar en edificios abandonados, por el peligro de derrumbe, la higiene, y la presencia de animales salvajes. La verdad que las imágenes son impresionantes: una ciudad fantasma, llena de grandes edificios soviéticos abandonados, la famosa noria de la feria... Con todo esto, he visto que los vuelos a Kiev desde Madrid tampoco son demasiado caros, y la verdad que Kiev parece que tiene bastante para ver. Así que un año de estos... igual hay que pasarse por allá!
lunes, 18 de abril de 2011
Montañas: Txindoki - Larrunarri
Ayer domingo, por fin, sí, después de tantos meses y hasta años anunciándolo, subimos mi amigo Héctor y yo al Txindoki, cima que domina el Goierri guipuzcoano. El Larrunarri (lo de Txindoki se debe a una borda que existía en sus faldas, y que al final dio nombre a la montaña) es la cima más característica de la Sierra de Aralar, no por ser la más alta, si no por su representativa forma piramidal. Salimos a las 8 de la mañana camino de Ordizia, donde nos desviamos hacia Zaldibia y de allí a Larraitz, donde se encuentra el parking que da acceso al ascenso a la montaña. Fuimos despertando al ritmo del folk irlandés y nos quedamos algo acojonadillos al ver la silueta del Txindoki (1348 m.), ya que desde abajo hay un desnivel de casi 1000 metros. Pero bueno, llegamos a las 9 y nos pusimos manos a la obra, con la mochila al hombro, y las piernas deseosas de cuestas. Seguimos el ancho camino, muy bien indicado y más transitado aún, y fuimos ascendiendo en contra del fuerte viento. Llegamos a un punto donde había que atravesar una de las múltiples vallas que había, y en vez de seguir por el camino indicado, Héctor se fijó en que había gente que seguía un caminillo algo más directo aunque también más duro, y decidimos acortar por allí. No voy a negar que esa subida se hizo dura, muy dura, porque era pendiente arriba sin apenas zigzaguear, pero también veíamos que el otro camino si que daba algo más de vuelta. Así que tras unos cuantos descansos, llegamos a una zona de subida más rocosa que nos llevó directamente a la ansiada cumbre del Larrunarri. Descansamos, hicimos las fotos de rigor, admiramos los pastos de Aralar y comenzamos la bajada, esta vez por el camino bueno, bajando por el collado de Egurral, y en unas dos horas, aguantando la solana que había, llegamos de nuevo al parking. La bajada se hizo algo larga, quizás por el cansancio o por el calor, y aunque hoy las agujetas en los muslos me recuerdan lo que costó subir, he de decir que es una ascensión que merece muy mucho la pena. Ahora el siguiente gran objetivo: Anboto! A ver si nos cuesta menos tiempo intentar subirlo que el Txindoki!
sábado, 2 de abril de 2011
Bizardunak

Hace unas pocas semanas tuve el honor de acudir al concierto de estos borrachuzos navarros, y quedé gratamente sorprendido. Ya desde que estuve por tierras irlandesas, allá donde reina el verde y el gris y donde llueve Guiness y whisky, me picó el gusanillo de la música folk irlandesa. Allí vimos alguna actuación en directo en varios de los muchos pubs que había, y comencé a escuchar The Pogues, The Dubliners... etc etc. Y la verdad que a esta música el euskera le sienta muy bien, como ya demostraron en sus años Sorotan Bele. Entonces fue cuando mi amigo Héctor me comentó de ir al concierto de Bizardunak, a los que apenas había escuchado. Sinceramente fui al concierto sin conocer practicamente ninguna canción... pero menudo directo! Comenzaron con los típicos ritmos irlandeses, unas cuantas versiones de canciones típicas irlandesas y poco a poco la cosa se fue desmadrando, según la cerveza se iba agotando. Pero había mucha cerveza por consumir y parecía que no se iba a acabar nunca, así que la borrachera de "los barbudos" era ya bastante espectacular. Su música ya no era la mejor del mundo, pero como ellos mismos dicen, priorizan otras cosas en sus directos y la verdad que yo, me lo pasé como en muy pocos conciertos me lo había pasado antes. Así que este grupillo de folk radical, con sus letras que no dejan títere con cabeza, sus alegres ritmos y su impresionante directo, se abrió un pequeño hueco en mis grupos preferidos. Aquí os dejo una pequeña muestra de lo que son sus directos.
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